domingo, 15 de agosto de 2010

José Meolans sigue tirándose al agua, pero ahora lo hace con el fin de enseñar

Por Luis Rivera

Fue "el" nadador argentino de las últimas dos décadas. Algunos lo sitúan como el mejor de toda la historia. Hoy, a los 32 años, José Meolans asume el camino de la enseñanza a través del programa de la Secretaría de Deportes de la Provincia, dando clínicas por todo el territorio bonaerense junto a Eduardo Otero, el nadador necochense que lo acompañó en giras por todo el mundo.

Se lo nota motivado por esta nueva realidad y hasta tiene tiempo de sonreír cuando le piden que rememore por qué empezó a nadar. Y entonces cuenta: "Mis padres tenían una casa frente al río en Carlos Paz y mi abuelo Eliseo creyó que era bueno que aprendiera a nadar para evitar probables accidentes. Y así empecé".
De paso por La Plata, donde dio una clínica que agotó sus cupos de participantes y espectadores en un par de horas, el cordobés habló de su entusiasmo por esta etapa que se le abrió, de su esperanza de que aparezcan nuevos talentos merced a un plan estratégico y del repaso de su exitosa carrera.

Foto: Nicolás Acuña
– ¿Cómo es la vida de Meolans hoy, alejado de la competencia?
– Abocado a lo que el mismo día en que dejé la actividad competitiva hubiese querido hacer: poder transmitir todo lo que aprendí en tantos años de carrera y que eso sea un aporte a los adolescentes, a los adultos, a toda la gente que está interesada en la natación. Estoy más que feliz y si algo quería para mi futuro, era esto, seguir en este ámbito ya no desde lo competitivo, sino con el compromiso de colaborar para una natación mejor para todos.

– Y vinculado a una política pública…
– Sí, surgió esta oportunidad que nos dio Alejandro Rodríguez y todo su equipo desde la Secretaría de Deportes de la Provincia de poder intervenir en esto. Confío plenamente en este proyecto y creemos que nosotros, porque esto lo encabezo con Eduardo Otero, otro gran nadador que dio el país, podemos hacer lo nuestro para darle mayor difusión al deporte, colaborar para que los adolescentes estén más cerca del deporte y más lejos de la calle. Esta actividad les permite a los jóvenes desarrollar una actividad física y a lo mejor en el día de mañana representar al país en competencias internacionales. Si eso se pudiera lograr sería bárbaro y nosotros nos sentiríamos un poquito parte de eso.

– ¿Cómo fue el click de dejar de escuchar a los entrenadores para ahora ser el hombre al que escuchan los demás?
– Al principio fue un poco extraño. Pero al mismo tiempo lo disfrutaba. Eso lo vi cuando empezamos a recorrer distintas localidades para hacer las clínicas de natación. Y eso se refleja en lo que vemos en la gente. Eso es fundamental y es lo que nos incentivó a seguir con esto. Si nosotros no hubiésemos tenido la respuesta que tuvimos, quizás esto no sería lo que hoy es.

– ¿Siente este espíritu docente en la función social o piensa también ser un entrenador de alta competencia?
– Si este equipo de trabajo ayuda para esto último, mucho mejor. Me parece que en el país hay grandísimos entrenadores, altamente capacitados, que pueden hacerlo. Y si nosotros también podemos trabajar para que eso suceda, bienvenido sea.

– ¿Y qué es más fácil?
– Creo que hay que conjugar las dos cosas. Hay que trabajar mucho en lo social y también es un puntal importante la infraestructura. Se puede entrar por ese lado para que el chico que va a hacer un deporte tenga su espacio físico apropiado. Y ahí estaremos nosotros o los profesores de donde sea para incentivar que el chico practique el deporte y se perfeccione. Tiene que haber un seguimiento y el tiempo es fundamental para ver su evolución.

– Que la propuesta haya sido del Estado y no un emprendimiento privado, ¿lo atrajo más?
– Sí, por el compromiso que existe. Es una apuesta a futuro y ojalá que el programa se mantenga a largo plazo porque esa es la manera de trabajar. Vincularnos a una gestión como ésta nos permite mirar más allá y eso es fundamental.

– ¿Y cómo es el día de hoy del ex nadador?
– Creo que no se diferencia mucho de antes ya que tengo un compromiso muy importante con todo lo que se hace. Y la presión está, pero desde otro lado. Sí es diferente porque no hay tanto tiempo de entrenamiento. Pero sigue existiendo la misma adrenalina.

– ¿Sí?
– Sí, sin dudas. Porque cuando entrás a una clínica y hay 400 personas esperándote, te surgen esos mismos nervios, la misma expectativa que cuando había 3 mil personas para verte nadar. Pasa por ese lado. Hay que demostrar a los que están presentes que lo que uno hace les puede servir, los puede ayudar.

Foto: Prensa Secretaría de Deportes
– ¿Ya fue el tiempo del balance de la larga carrera de Meolans?
– Fue una muy linda carrera. Ha habido altibajos, pero fueron más los momentos buenos que los momentos malos. Tuve la posibilidad de hacer una carrera de mucha regularidad y la mayoría de mis objetivos los he cumplido. La tranquilidad que tengo es que hice todo lo que debía hacer para lograr esos objetivos. No resigné nada, no me guardé nada y siempre di lo mejor ante cada competencia. Estoy muy conforme.

– ¿Por qué es tan difícil en Argentina que haya más Meolans?
– Es lo que pasa en el deporte amateur. Hoy se está trabajando para que puedan surgir nuevos deportistas pero ese deportista se encuentra con problemas ajenos. De golpe, y me ha pasado a mí, he llegado a algún lugar a entrenar y el agua estaba fría. Son problemas que los que hoy nos debemos ocupar de eso no podemos permitir. Hay que trabajar eso. Es fundamental trabajar en conjunto y no pensar sólo en el éxito individual. Esa es la forma para que aparezcan más deportistas con proyección. Y también creo que es vital el aporte privado. Los deportes que hoy tienen un aporte de empresas privadas marcan la diferencia. Se ve acá y se ve en otros países. Por eso creo que hay que trabajar en forma coordinada.

– ¿Y hay chicos con proyección?
– Sí, claro. Pero seguimos cayendo en que son pocos y que surgen por talento propio y no de un plan estratégico claro. Surgen porque tuvieron un entrenador que hizo su trabajo, porque la familia los acompañó, porque tenían un talento predeterminado. Por eso creo que hay un plan de trabajo, como el de la Secretaría de Deportes, que puede ayudar a que el mismo contribuya para que haya una estrategia distinta.

“No está en un pedestal”
Meolans es una de las caras de la política de Deportes de la Provincia. Lo explica su secretario, Alejandro Rodríguez: "¿Por qué José? Porque es el referente más importante de la natación argentina de los últimos veinte años y quizás de toda la historia del país. Tenemos una política en la que creemos que el deporte es un derecho esencial del ciudadano y nosotros debemos constituirnos en garantes de que se cumpla ese derecho. Para eso, uno puede tomar diferentes herramientas y una de ellas es acercar los deportistas de élite a los chicos, porque el deseo de emulación es muy importante. Así, algunos se animan y otros quieren profundizar su amor al deporte. Lo maravilloso de su contribución es que tiene conciencia social, sabe de donde viene, se corre del lugar del deportista de elite y se pone a ayudar a los chicos. No todos los deportistas que tuvieron el apoyo del Estado después lo devuelven. Y José, cuando lo convocamos, mostró su perfil social y se puso a trabajar aportando todo lo que sabe. Es un tipo que se mete al agua para enseñar. No está en un pedestal".

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