martes, 24 de agosto de 2010

Calderón: “Soy un agradecido a Dios por todos los logros que conseguí”

Por Máximo Randrup

Hoy, José Luis Calderón es un tremendo goleador que acaba de retirarse pero a su vez se convirtió en
un director técnico con muchas ganas de trabajar. En su trayectoria como futbolista disputó 713 partidos
oficiales, marcó 271 tantos y ganó seis títulos, cuatro de ellos en sus últimos cinco años de una carrera que
estuvo signada por el gol. Caldera no es amigo de las notas, pero eligió hablar con Diagonales para hacer un
repaso de su trayectoria, lejos de las polémicas estériles.
–¿Qué recuerdos tiene de sus comienzos en Cambaceres?
–Fue muy positivo para definitivamente afianzar el hambre que tenía y ponerme objetivos claros. Me
sirvió muchísimo y por eso estoy muy agradecido al club.
–¿Lo ayudó a valorar más todos sus logros haber pasado por el ascenso?
–Sin dudas. Muchas veces el jugador de ascenso juega por el sanguche y la coca. Hay grandes carencias:
falta de pelotas, los lugares de entrenamiento no son los ideales, faltan conos, terminás y no tenés agua caliente. Esas cosas hacen que cuando uno llega más lejos valore todo de otra manera. Yo digo que cada tanto hay que mirar para atrás, hay que tener memoria. Todo lo que conseguí y lo que tengo hoy es gracias al sufrimiento de aquel entonces.
–Jugó en Argentina y fue goleador en dos ocasiones, en Italia, México, el Seleccionado, ¿cuál piensa que fue su mejor momento a nivel individual?
–Es complicado. En Cambaceres salí goleador en Primera C y Primera B, en el Nacional B fui el goleador
de Estudiantes, en Primera con Estudiantes e Independiente, me tocó estar en la Selección, el gol de mitad
de cancha a Boca, hacer el gol en el Estadio Único para que Estudiantes después de 37 años volviera a jugar
una final internacional, el cierre de mi carrera. Hay muchas cosas lindas y sería injusto elegir una.
–Hubo un momento en el que estuvo pasando por un excelente presente a nivel individual y en un partido de Eliminatorias todo el Monumental pidió su ingreso, ¿qué recuerdos tiene de ese día?
–Fue una de las grandes emociones de mi carrera, muy fuerte. Es algo que uno nunca se lo va a olvidar, que
te lo guardás interiormente y decís 'esto que me pasó, no creo que se repita'. Fue en las Eliminatorias, contra
Perú, en el ´97; el técnico era Passarella que terminó poniéndome cuando quedaban cinco minutos.


–¿Cuáles fueron los mejores equipos que integró?
–Además de los planteles con los que me tocó salir campeón hay otros que me dejaron muy buenos recuerdos. El del Flaco Menotti en el Clausura 97 jugaba muy bien. Cuando quedaban cuatro fechas, estábamos punteros y después salió campeón River. Ahí estaban Garnero, Matute Morales, Panchito Guerrero, Acuña, Cascini, Mondragón. Teníamos un gran equipo. Otro fue el del América de México del 2000. Teníamos a Fabián Estay, Cuauhtémoc Blanco, Luis Hernández y llegamos hasta la semifinal de la Libertadores. Y otro que jugaba lindo y además fue campeón fue el del 94/95 del ascenso con Estudiantes, con Rubén Capria, Verón, el Rulo París, el Rusito Prátola, Chiquito Bossio, y sólo por decir algunos nombres.
–Ahora que lo mencionó, ¿que significó Prátola en su vida? En las dos finales que ganó Estudiantes fue usted el primero que se acordó de él…
–Yo trato de siempre tener memoria. A mí lo del Ruso Prátola me marcó muchísimo. Prácticamente nos
iniciamos al mismo tiempo y yo era muy amigo de él. Compartimos muchas cosas y estábamos todo el día
juntos. Cuando se dio lo del campeonato yo le dije a Seba 'vamos a hacer una camiseta que diga el Ruso
está con nosotros o algo así para el día del partido con Boca'. Fue algo que pensamos y salió bien.
–A muchos jugadores veteranos les dicen que estiran la carrera demasiado, usted en cambio ganó cuatro títulos en sus últimos cinco años...
–Soy un agradecido a Dios por todos los logros que conseguí. El título de Arsenal en la Sudamericana hay
que valorarlo porque hay equipos como River, Independiente y Racing que no la pudieron lograr. Volver al
club (Estudiantes), después de diez años de haberme ido, y conseguir el campeonato en 2006 fue algo maravilloso. También fue muy lindo ganar la Copa Libertadores, sin tanta participación pero sí siendo importante adentro del grupo. Y el cierre de mi carrera es el sueño de muchos jugadores. Creo que todos quieren terminar bien porque siempre queda la última imagen. Jugar con 39 años y en un club que tenía que demostrar todo de cero fue un gran desafío. Gracias a Dios pude estar en 18 de los 19 partidos, colaborar con goles y salir campeón en un club que no lo hacía desde casi 25 años.
–En sus últimos 3 equipos de Primera fue campeón con Estudiantes después de 23 años, y de la Libertadores tras 39, campeón por primera vez en la historia de Arsenal y con Argentinos después de 24, ¿es consciente de esos logros?
–Sinceramente no. Quizás porque soy tímido, muy sumiso y trato de escapar de las notas. Me lo hacen saber
mis amigos. A veces me dicen '¿vos sos consciente de que fuiste Arsenal y ganaste una Sudamericana?'. Yo siempre prioricé lo grupal. Siempre digo que si las campañas de los clubes son buenas es porque el grupo
está bien. Si las campañas son malas, la experiencia me dice que el grupo no está tan bien.
–¿Siente que se retiró siendo, además de goleador, un jugador más completo?
–En la última etapa de mi carrera me tocó, en algunas oportunidades,tirarme un poco más atrás, pivotear,
entrar más en el circuito de juego. También mejoré mucho en el tema de las asistencias y eso hizo que uno no sólo viviera del gol. Llegó una altura que ya no me importaba quién convirtiera, quién fuera la figura, sino que priorizaba lo colectivo.



–¿Eso les ayudó a los delanteros que tuvo al lado en los últimos años? En un momento declaró que prefería que los goles los hiciera Pavone…
–Ya me había pasado en mi primera etapa en Arsenal con Germán Denis, pero sobre todo cuando volví
a Estudiantes. Si yo con 35 años hacía 15 goles el club no me iba a poder vender. Yo lo que buscaba era
convertir pero siendo más asistidor y entonces si él hacía goles se iba a cotizar y Estudiantes no iba a tener
problemas económicos como pasó en otras épocas. En aquel momento jugábamos con un 4-4-2 y entonces
quizás volvía más yo que Mariano. En inferiores de Estudiantes jugué de volante por izquierda y eso creo que me ayudó. Hasta me tocó, en Primera con el Gordo Garisto, llegar a jugar de marcador de puntavolante. Si era en beneficio del equipo yo estaba predispuesto.
–¿Cuán importante fueron los cuidados personales y su forma de entrenar para mantenerse en el primer nivel hasta casi los cuarenta años? –Yo sé que soy demasiado obsesivo con mi físico y con el cuidado. Pero creo que el cuerpo tiene memoria.
Todas las cosas que hacés a los 18, 20, 22 años las pagás a partir de los 30. Yo escuché a jugadores que
dijeron 'me cuido, me acuesto temprano y vivo lesionado' y yo les decía que les estaba pasando factura lo que hicieron anteriormente. Para mí fue muy importante el tema de la alimentación, comer sano. Nunca
tomé una vitamina. A mí una vez me dijeron 'Jose si vos estás bien entrenado, bien descansado y bien
comido la vitamina no existe'. Además yo siempre fui de salir poco. Creo que todo eso trajo sus beneficios.
Si a los 39 años, después del campeonato con Argentinos, recibí ofertas para seguir jugando acá, para ir a Ecuador y para ir a Chile es por algo. Pero decidí dejar ahora porque es el momento ideal y eso es impagable.
–¿Qué significó la despedida con Cambaceres?
–Creo que si no jugaba ese partido me hubiese faltado algo en lo personal. Ahí fue prácticamente donde
me inicié porque de Cambaceres salté a Estudiantes. Y por eso quiero agradecerle a la gente que se acercó,
al Intendente de Ensenada y a los periodistas porque no pensé que iba a tomar tanta repercusión. La plata
te da tranquilidad pero no te hace feliz. Lo mío no era por dinero sino para agradecerle al club lo que me dio y la verdad es que superó mis expectativas. Me alegra haber podido darle una alegría a la gente de Cambaceres y me dio satisfacción que lo haya reconocido la gente del fútbol.

EL DT. Caldera tiene el título de Técnico Nacional de Fútbol en sus manos. Se recibió en la Escuela “Osvaldo Zubeldía” de La Plata y ya conformó su propio cuerpo técnico: él, el entrenador; Martín Saggini, quien trabajó con Francisco Maturana, el ayudante de campo; y Marcelo Montero, el entrenador personal de Calderón, el preparador físico.

–¿Se imagina como técnico?

–Sí. Me gustan los desafíos, convivir con la adrenalina, porque cuando no los tenés los extrañás. Es más,

si mañana sale un trabajo no soy un improvisado que tiene que buscar el ayudante de campo y el profe. Tengo todo armado. Tenemos una carpeta donde fuimos preparando trabajos y estamos muy organizados.

Igual eso no depende de vos sino de que seas o no el elegido. Este cuarto que me armó mi señora es un poco

para eso. Yo acá me junto con mi cuerpo técnico, miramos videos, charlamos, pensamos los trabajos,
planificamos.



Caldera, un tipo sencillo en la intimidad

Así se describe José Luis Calderón. Le gusta pasar mucho tiempo en su casa, estar con sus hijos y con

Silvana, su señora.

–¿Cómo es fuera del fútbol?

–Primero que todo soy una persona muy familiera. Y en segundo lugar, alguien sencillo, no me como el personaje. Creo que lo peor de todo es que uno se la crea porque hoy estás arriba y mañana bajás. Soy de estar mucho tiempo en casa. Tengo muy pocos amigos y no salgo mucho. Yo entre una cena y un almuerzo siempre elijo ir a almorzar. Una vez que uno está casado la noche es para estar en casa. Si salgo, lo hago con mi señora para ir al teatro o al cine.

–¿Qué otras cosas le gusta hacer en su tiempo libre?

–Disfruto estar con mis nenes. También me gusta ir al gimnasio y ver todos los partidos. Además de mirar fútbol también disfruto de ver películas. Y de vez en cuando me junto a tomar mate con Rubén Capria, que es un hermano para mí. Otra cosa que hago es, a veces, ir a jugar al tenis con Silvana; pero sólo paleteamos un poco. Ojo, no soy ningún profesional. Pero la verdad es que casi siempre prefiero quedarme en casa,

con Silvana somos de hablar mucho y disfruto de eso.

–¿Qué equipos disfruta ver?

–Hoy a todo el mundo le gusta ver al Barcelona y a España, que son casi lo mismo. Pero también pienso

que son un poco los equipos de moda. Hace cuatro años atrás Italia era el mejor. Cuando salió campeón del mundo el sistema servía, era mezquino pero inteligente. Hoy fue al Mundial se volvió en primera rueda con el mismo sistema y los matan.

–Hablando de la Copa del Mundo, ¿le alegró el gol de Palermo?
–Sí, la verdad que sí. Yo siempre digo que a los que hacen las cosas bien y se las merecen los resultados

les llegan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena la nota. Calderón es un genio.